Como ya sabéis, tener una buena salud capilar comienza por su hidratación, tal y como hacemos con nuestro cuerpo. El objetivo de este tratamiento no solo es hidratar sino que también nutre y reconstruye la fibra capilar. Siempre trabajando desde el cuero cabelludo a la raíz.
La deshidratación del cabello se produce por la falta de agua y lípidos en su estructura interna. Lo que se ve a primera vista es que la melena se muestra sin brillo y con un tacto áspero. Esto le priva de tener un movimiento natural al mostrarse poco flexible, con tendencia a encresparse, a enredarse y a mostrarnos sus cutículas abiertas.
Entre los efectos destaca puntas abiertas, la aparición de pequeños eccemas, el enrojecimiento y la descamación, que suelen ir acompañados de una picazón constante y una sensación de tirantez que puede desembocar en la pérdida de cabello y en lucir un pelo más fino de un modo definitivo.
Este tratamiento recubre biológicamente las cutículas del cabello y lo protege de las agresiones externas, siempre desde el interior al exterior. Disminuye porosidad de la fibra capilar aumentando la hidratación, resistencia y elasticidad del cabello. Es perfecto para preparar nuestro pelo de cara al verano y por supuesto es lo que más necesitamos una vez acabado el este. La exposición al sol, el salitre, el cloro,… son grandes agresiones para nuestro pelo; si a eso le añadimos productos con siliconas, planchas, secadores… podremos notar que nuestro pelo necesita urgentemente este tratamiento.